LOS VALLES DE MANCURA

Para viña Mancura preservar el patrimonio vitivinícola chileno es uno de sus principales objetivos, y para ello, ha seleccionado terroirs, de los mejores valles de Chile para llevar a cabo sus líneas, con los que expresa toda su experiencia y conocimiento en la producción de vinos del Nuevo Mundo.

Mancura es una viña que busca ante todo, preservar el patrimonio vitivinícola chileno. Y es por eso, que a través de sus vinos, hace homenaje a las raíces, tradiciones y orígenes de Chile. Incluso su nombre, rinde tributo al personaje mitológico del cóndor en la cordillera de Los Andes, quien, dice la leyenda, aparece en las alturas de las montañas trayendo consigo el sol y la frescura del mar, que permite una de las mejores condiciones del mundo para producir vinos de alta calidad.

Es así como, siguiendo esta leyenda, Mancura se preocupa de producir vinos de gran calidad y precio asequible, que sean un reflejo de nuestro país y de su naturaleza. Vinos que lleguen a consumidores que desean entregar un mundo mejor a las futuras generaciones.

Mancura y sus valles

Reconocido internacionalmente por ser uno de los terroirs más destacados de nuestro país para la producción de variedades como el Chardonnay y el Pinot Noir, el valle del Limarí cuenta con un clima que favorece los cielos limpios, la alta radiación de UV y vientos frescos gracias a la influencia marina, además de suelos minerales que aportan características únicas como acidez y aromas inigualables.

De esta zona proviene el espumante Brut de la marca, elaborado según método Charmat, el cual se destaca por ser frutal, con buen cuerpo y gran frescura.

Otro valle de donde provienen vinos de Mancura, es el valle de Casablanca, el que  está enclavado entre la cordillera de la Costa y el  océano Pacífico, a unos 80 kms de Santiago, en la zona central de Chile. Su condición de “valle de clima frío” le ha dado un excelente reconocimiento que se traduce en condiciones idóneas para el cultivo de variedades tintas como el Pinot Noir y Syrah y de variedades blancas, como el Sauvignon Blanc y Chardonnay.

Con suelos de arcilla, pobres en materia orgánica y bastante permeabilidad y drenaje, y un clima costero con frescas brisas marinas y nieblas matinales tempranas, el valle de Casablanca fue descubierto hace un poco más de 30 años, por Pablo Morandé quien vio el increíble potencial de la zona y decidió plantar las primeras parras de Sauvignon Blanc.

De esta zona son Mito Chardonnay/Viognier, al igual que Andino Syrah/ Cabernet Franc/Merlot.  

Del valle del Maipo, provienen las líneas Vuelo Mágico y los tintos de Etnia. Este valle se caracteriza por ser una de las regiones vitivinícolas más reconocidas de Chile y se ha ganado su buena reputación, por la excelente producción de vinos de cepas tintas.

Esta zona, emplazada a los pies de la cordillera de los Andes y a la ribera norte del río Maipo, cuenta con suelos ricos en minerales, arenosos-arcillosos y con buena permeabilidad. Su clima es estable, mediterráneo con veranos secos y calurosos e inviernos fríos y húmedos.

Finalmente, el valle de Maule, la región vitivinícola más grande de nuestro país, cuenta con un clima principalmente mediterráneo, con gran influencia de viento frío proveniente de la cordillera de los Andes, lo que aumenta la oscilación térmica diaria y reduce el periodo de temperaturas máximas, ayudando a la maduración de la fruta en buenas condiciones.

Sus suelos son mayoritariamente de origen granítico, que se han conformado por la descomposición de rocas graníticas a lo largo de millones de años. Son estas condiciones, de clima y suelo, las que hacen que cepas tintas y blancas encuentren en el valle del Maule, particularmente en el secano Interior y costero, el terroir ideal para poder asentarse.

De este valle proviene la línea Guardián, vinos que son elaborados principalmente con cepas patrimoniales como lo son la cepa País, Carignan y Cinsault. Vinos que destacan por su fruta, estructura y gran calidad.